Robo. Quizás todos los propietarios de vehículos ya hayan oído hablar de ellos y esperan que esto nunca le suceda a él. Imagínese: por la noche aparca su vehículo en el aparcamiento, cierra con llave y se marcha en paz. Por la mañana llegas al aparcamiento donde aparcaste tu vehículo y descubres que el vehículo ya no está. En el mejor de los casos, está allí, pero está dañado, faltan objetos personales o equipamiento interior.
Sin embargo, los robos no afectan sólo a los propietarios de vehículos de pasajeros. Los casos de robo de furgonetas y vehículos comerciales son cada vez más habituales. Además del robo del vehículo completo, la atención de los ladrones se centra principalmente en el espacio de carga y, sobre todo, en el valioso contenido que contiene. Los ladrones a menudo no dudan en romper la puerta lateral, cortar el panel lateral o incluso hacer un agujero en el techo para robar la carga del vehículo.